lunes, 29 de agosto de 2011

Todo por un rasguño

Te cuento cómo pasó todo:
Estábamos en la empresa. Te contaba que ese día tuve un problema con un empleado que no quería mejorar ni colaborar así que dije que lo iba a bajar de puesto y lo mandaría como cajero a una oficina. Total que en medio del coraje que sentía, lo comenté con otros compañeros y era casi seguro que lo haría, que iba a mandar a este tipo como cajero otra vez para que aprendiera a ser responsable. Nos fuimos luego por unas escaleras y cuando bajábamos tropezaste con las barandas raspándote una pierna con el metal.
Te quejaste y eran sólo unos rasguños pero te dije: no te muevas que voy a llamar al doctor. Entonces me asomé por una ventana y le dije a las personas que pasaban: por favor llamen a la doctora, que venga ahora mismo que es urgente, tengo a una persona herida!! Abrí una de las ventanas que estaban clausuradas, tumbando el vidrio y el marco; ambos cayeron sobre una silla pero por suerte no se rompieron, se podrían recolocar luego sin problema, me reclamaron que por qué abría por allí si podían entrar por la puerta como era lo normal (estábamos en las escaleras de Clínicas Caracas). Les dije: !!coño, no ven que es una emergencia!!! pásenme a la doctora por aquí mismo por la ventana. Terminé de abrir la vaina mientras tú estabas echada en el suelo.  Veo que traen a la doctora en su silla de ruedas y la silla no cabía por el hueco, así que les grité: es urgente, es urgente, métanla por aquí sin la silla y luego se la pasamos. La metieron a los trancazos y luego pasaron la silla mientras me miraban con cara de: !!pero este tipo si jode!!  Una vez la doctora entró, te revisó la rodilla, estabas ya casi desmayada y sentenció: hay que suturar. !Pero si son unos rasguños! protesté mientras te sujetaba, a lo que respondieron con sorpresa: ¿¿queé?? Mira!, así que miré y aunque no sangrabas vi que en realidad eran unas heridas profundas, limpias pero muuuy profundas.
Se me contrajo el estómago. Traté de calmarte y les indiqué: !pues denle!  así que sacaron aguja e hilo, la mujer comentó: la piel es muy blandita, no agarrará sutura. Pensé: !!coño de la madre!!, ¿qué haremos???  Ella empezó a tratar de coser y protesté de nuevo: ¿pero así? ¿Sin anestesiarla?  - No tenemos anestesia y no es necesario, esto hay que hacerlo así. Empezó a puyarte, tú acostada en el piso y yo sujetándote, ella puyaba una, una y otra vez, metía la aguja y enganchaba un pedazo de carne: -no, por esta parte no agarra. Luego otra, y otra, te tocaba el hueso de la rodilla con la aguja, yo sufría, te sujetaba, tú ni gritabas, le dije: coñoooo, la van a matar!!, me la llevo a una clínica.

Te levanté, pesabas pero hice fuerzas del coraje que tenía, estabas desnuda, pedí una manta para cubrirte y cargada te llevé escaleras abajo buscando la salida hacia donde pudiera montarme en un taxi, caminaba y te desvanecías, yo sudaba y sudaba.                     



Entonces Yenny  que apareció en ese momento me dijo: ¿a cuál clínica la llevarás? Le dije: no sé, ¿a  dónde quieres que te lleve? ¿a la Metropolitana? ¿a la Clínica Ávila? Tú en mis brazos ni podías articular. Yenny me dijo: pero ¿por qué no la metes en la emergencia de aquí?  Me dije: !coño claro! la desesperación me tenía torpe. Así que me devolví, ya más cansado y sudado como pocas veces. Escaleras abajo, agotado, cada paso que daba te lastimaba más y te hacía perder las fuerzas.
Me asustaba que te murieras, que ya no aguantaras. Te daba ánimos; gritaba: Coño, ¿dónde hay un ascensor??? ¿Dónde quedan? Entramos en un ascensor diciéndole a las personas que estaba en él: Por favor, márquenme el nivel donde está Emergencias!! Salí del ascensor, te orinaste encima de mí, no me importaba, al final estaba empapado de sudor ya, te pedía que aguantaras un poco más, que ya íbamos a llegar.
Corrí hacia la Emergencia, estaba un poco perdido por esos pasillos, y cuando ya creía que iba a entrar, cuando ya creí que te morías, que sería mi culpa, desperté,  2:45 de la madrugada, bañado en sudor a pesar de aire acondicionado, con todo el sobresalto aún vivo, por eso te pasé el mensaje a esa hora.  Me alegra que estés bien.  Te quiero mucho.